
El otro día que jugaba El Tri en Denver relució nuevamente la concurrencia, llena, colorida, como casi siempre cuando la selección salta de ciudad en ciudad en los Estados Unidos. Lo importante de esta Copa Oro es que la selección del “Tata” Martino se acostumbre a ganar, incluso si el rendimiento durante los 90 minutos no fue el mejor. Será difícil abstraerse de no comparar este proceso con el más reciente, puesto que es el ejemplo más fresco en nuestras memorias. Pero cuando llegan a proceder las comparaciones, estas no siempre tienen que demeritar lo visto en el anterior. Es importante revelar que por primera vez en mucho tiempo, la selección mayor está encabezando un proyecto, que se basa en conservar y edificar sobre conceptos y estilos que el anterior proceso arrojó. Porque cuando Martino tenga, por fin, un plantel completo, se verá que la columna vertebral tendrá gente como Hirving “Chucky” Lozano, Edson Álvarez, Carlos Salcedo, Jesús Gallardo y Néstor Araujo, futbolistas que aprendieron mucho bajo la dirección de Juan Carlos Osorio. Es un indicio positivo si tomamos en cuenta lo ocurrido en el Mundial de Sudáfrica cuando en su momento, el director técnico, Javier Aguirre, prefirió darle la titularidad al “Conejo” Pérez, y no a “Memo” Ochoa, o su insistencia en poner a Guillermo Franco en el once titular, cuando claramente Javier “Chicharito” Hernández vivía un gran momento, a meses de comenzar su etapa en el futbol inglés. Ayuda enormemente que jugadores como Gallardo, Lozano, Álvarez y Salcedo llegarán al próximo Mundial con experiencia mundialista. Este caso ayudará a gente como José Juan Macías, Diego Lainez, y hasta, Rodolfo Pizarro, que seguramente estarán llegando a su primer Mundial en el 2022. Seguirán los partidos en territorio concacafkiano, de aquí hasta fin de año, esperemos que el 4-3-3 del Tata siga desprendiendo gratas actuaciones, y que los miles de aficionados del Tri se vayan contentos del estadio.