Siguiendo a Guardado por Europa
Recordando su aventura europea y el legado que su carrera dejará en el fútbol mexicano
Puedo decir que yo quise ser periodista deportivo por jugadores como Andrés Guardado. Lo escribo porque desde su debut con el Atlas, mostraba cosas distintas. Mirabas partidos del Atlas, por él. Lo mejor de todo, es que él se encargaba, con sus golazos, con su velocidad, con su valentía de tomar riesgos, de seguir viéndolo.
Fueron años increíbles, aquellos donde deslumbraba por la banda izquierda, y anotaba golazos de época contra Guillermo Ochoa. Su debut mundialista lo catapultó a lo más alto, todo pasó tan rápido, pero a la vez, dejó una huella imborrable. No recuerdo un debut mundialista mexicano que dejó tan grato recuerdo.
Como periodista, seguí cada pasó la carrera de Guardado. Recuerdo como en el 2012, cuando estudiaba en Sevilla, se me presentó la oportunidad de ir a Huelva con mi amigo Rubén. El Recreativo jugaba en Segunda División y recibía al Deportivo, un sábado por la tarde. Para mí, aunque fuera en un escenario de Segunda División, ver a un futbolista mexicano en Europa, me llenaba de orgullo.
El hecho de que él comandará el ataque del Deportivo, hizo aquel viaje todavía más memorable. Creo que en ese momento, Guardado todavía no se imaginaba la gran carrera que tenía por delante, con tantos años en Europa y cinco Mundiales con la selección mexicana.
Pero a pesar de su juventud, y lo complicado que era jugar en Segunda División, Guardado mostraba mucha madurez y combinaba esa chispa alegre que siempre ha tenido con una tenacidad contagiosa de que el Deportivo iba a volver a Primera.
Guardado siempre ha sido un futbolista de retos mayores. Por eso decidió emigrar a Valencia, y comenzar una etapa dentro de un club que en aquella época peleaba en la parte alta de la tabla. Su imagen aparecía por las calles de Valencia, era un jugador que llegó a esa ciudad después de ser pieza importante en el regreso a Primera del Deportivo. La afición valencianista sabía de ese logró. Lo desafortunado de esa etapa es que perdió protagonismo en la cancha porque al ser un jugador de equipo, Guardado aceptó jugar de lateral izquierdo.
Esa etapa de su carrera que no fue fácil, de cierto modo, fortalece la idea de que siempre fue un jugador con las ideas muy claras. Al ya estar tantos años en el futbol europeo, Guardado sabía que su momento llegaría.
Después del Mundial de 2014, que en mi opinión, ha sido uno de los mejores de México en este siglo, el fútbol decidió premiarlo por todo lo que el representaba como futbolista.
En Holanda, adquirió el rol protagónico que tanto merecía. Ahí fue donde se adueñó del mediocampo. Cuando apareció en el Atlas, lo que llamaba la atención era que volaba por la banda izquierda, pero cuando tocaba combinar con sus compañeros era capaz de calmar el juego. Tenía esa capacidad de 10, de darle calma a la posesión.
Me gusta como La Volpe lo describió en la entrevista con La Capitana, “era un 10 moderno”.
Guardado le otorga mucho reconocimiento a la dirección de Phillip Cocu, como alguien que le dio todas las herramientas para ser un mediocampista élite en Europa.
El Guardado líder comenzó a forjarse en Holanda, la tierra del futbol total y en el PSV, el club que le ha dado mucho al futbolista mexicano.
Yo creo que es fundamental reconocer cuando un mexicano, en otras tierras, logra convertirse en el líder de un equipo. Como futbolista puede ser la tarea más complicada de no sólo entregar buenas actuaciones, pero mantener una constancia en la disciplina dentro y fuera de la cancha, y que las actuaciones repercutan dentro del vestidor. El logro más importante de Guardado fue el de llegar a dos equipos en este caso el PSV y el Betis, y convertirse en líder y ganarse el vestidor.
Llegar al Betis, representaba un reto importante en la carrera de Guardado, pero a la vez representaba un bonito reto: volver a España y compartir todas las experiencias que había adquirido.
Betis lo compra para ser líder, como lo fue en PSV, y Guardado lo vio como una posibilidad de crecer aún más su legado en la historia del futbol mexicano.
El aficionado bético, se hace sentir, y desde que llegó Guardado al Betis, el equipo verdiblanco no dejó de competir. Visitó estadios emblemáticos como el Bernabéu, Camp Nou y San Siro, por nombrar algunos, y el Betis salió victorioso. ¡Y como no recordar la Copa del Rey que conquistó con el Betis en la Cartuja!
El liderazgo del mexicano ayudó a que el Betis se convirtiera en uno de los clubes más competitivos de la Liga. Nos debe de llenar de orgullo que el futbolista extranjero con más partidos con el Betis es nuestro.
Guardado cerró su etapa en el futbol europeo con broche de oro y todos los reconocimientos que se le han dado últimamente, son muy merecidos.
La carrera del Principito nos muestra un camino que con empeño, trabajo, y mucha valentía, llegar a lo más alto es posible.
El ejemplo ya está, habrá libros, podcasts y videos que contarán su historia, ahora lo que toca es que una generación se inspire, y en un futuro no tan lejano, tengamos a otro mexicano jugando en Europa por muchos años, ganándose el respeto de sus compañeros con trabajo y dedicación como lo hizo Guardado todos estos años.
Gracias Principito, por soñar y hacer a todo un país soñar contigo.